miércoles, 13 de octubre de 2010

PEDIR PERDÓN

A lo largo de mi vida he intentado comportarme de la mejor manera que ha comprendido mi ser. Sin embargo, algunas veces me he dejado llevar por mis impulsos. Digo no puedo ser perfecto y la gracia de la vida está en equivocarse y reconocerlo. Es aplaudible para todo persona cualquier intento de cambio y el cambo mismo. Mis errores, una vez más reitero, fueron por impulsos míos que han hecho daño a mucha gente de manera directa e indirecta, y pido PERDÓN por ello.


Momentos de mi vida que algunos han sido gratos y otros ingratos, independientemente de esto han hecho daño, pues solo he visto mi entera satisfacción, sin importarme los otros o las otras. El proceso ha sido largo y tuvieron que haber muchas cosas en mi vida para que me diera cuenta de que estaba mal. Mis pensamientos me traían muchas desgracias, pues no pensaba lo que hacía simplemente satisfacía instintos. Después mi mente hacía que reflexionara culpándome del mal causado pero no cambiaba.

Afortunadamente no toque fondo para darme cuenta de que necesitaba un cambio. Solamente tuve una “experiencia de instantes” – entiéndase por esto alas cosas que te pasaron, que te tocaron vivir, ver palpar y estabas en instante adecuado para apreciarlo-. Donde una mujer lloraba por un hombre y eso me conmovió. Ahí decidí que jamás volvería hacer llorar a una mujer. Desafortunadamente para mí, de cierta forma y por una malinterpretación de los hechos yo había provocado su llanto, así que mi culpa fue peor.

La culpa me ayudo a una sola cosa a reflexionar acerca de mi vida. Era momento de parar y pensar, analizar y sopesar todo el daño hecho. Durante esa introspección, encontré que hice sufrir a N cantidad de mujeres –las cuales no pienso mencionar por respeto a ellas y por vergüenza mía-, descubrí que a veces era un patán y a veces era el mejor hombre de todos y que esto último hacía que se fijaran en mi y lo otro era lo que les hacía daño.

Me sentí culpable después recordé mi primer proceso de sanación. Recuerdo que tenía escasos 16 años y que quería curarme de los nervios, necesitaba un cambio. Reconocer y hacer consciente el problema y decidir cambiar es la mitad de cualquier rehabilitación, eso fue lo que hice en primera instancia, después esta el proceso del cambio y por último cambiar.

En el proceso de cambio me halle una herramienta fabulosa, gratificadora y sobre todo sanadora de almas; el “perdón”. Entendí mi problema, tenía “amor de condominio”. Después me perdone a mi mismo por faltarle a mi persona. En segundo lugar medí el tamaño de mis acciones y de cierta manera intente medir las consecuencias y por último me termine perdonando y le “pedí perdón” a toda mujer que hecho daño.

Perdonar es un arrepentimiento profundo por algo que se hizo, así que me arrepiento de todo mal que he provocado y juró a los cuatro vientos que jamás volverá a pasar. Saben que cumpliré mi promesa. Y por eso mismo, imploro a esas chavas y les digo PERDÓN, puedo hacer algo para solucionarlo.

Por último, entendí que equivocarse es válido, pero no se vale seguir haciéndolo.


Pd. Disculpen que esta entrada haya sido en primera persona pero era necesario, pues lo único que en este momento sale de mi alma son lágrimas.


Agregame en facebook y twiter ...También si necesitas ayudas contactame, juntos podemos encontrar una solución




Este tipo de entradas TE permiten ser UN CORAZÓN LIBRE

así que unete a la comunidad

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora si me hiciste llorar dude; creo que todos tenemos derecho a equivocarnos, todos hemos sufrido por alguien y en el camino lastimado a otros...

Al leer me imaginé a alguien en esa primera persona; a un ex que amé y recuerdo con gran cariño; su forma de ser me enamoró, era el mas caballeroso de los hombres y el mejor amigo que cualquiera pudiese tener; fue la persona que mas me lastimó y me mintió; fui la última de la lista de desaciertos en su vida y lo mejor que pudimos hacer -y reitero el ambos- fue separarnos; fue cortar todo vínculo o relación pues una "amistad" donde ambas personas se hacen llorar no puede dejar que esas personas crezcan.

Ahora el es un hombre -hasta donde yo sé- feliz y enamorado, fiel por primera vez en su vida y -aunque esta historia feliz no haya sido conmigo- no puedo mas que estar feliz por él (de lejitos) y seguir buscando esa felicidad y armonía; por que pese al daño que me hizo, me hizo crecer como persona y aprender de esos errores... y puta sigo llorando.

Pedir perdón no es solo a la persona que tanto te daño; si no a uno mismo por esos momentos de debilidad y decirnos que está bien, que a fin de cuentas somos humanos, me pido perdón por extrañarlo, perdón por el daño que me hice al estar por el, le pido a él perdón por el daño que le hice también -pues también debo reconocer mis errores- y esperar que en algún momento la vida nos vuelva a poner uno frente al otro -cada uno con la vida hecha, viéndonos como solo un recuerdo y que el mismo sea de los gratos momentos.

Ruben Varela dijo...

DUDE...YO SIGO LLORANDO...y parecía que ya se me había calmado los mocos, y no solamente me hiciste llorar mas tu comentario...gracias amiga por todo

sandra dijo...

Es mas valorable el saber reconocer cuando nos equivocamos, xq habla de TU EXISTENTE CONCIENCIA AMIGO =) bonita entrada