domingo, 21 de noviembre de 2010

Relaciones sin caso

Lastimosamente pasan, no puedo decir que sea mi caso, pero algo si tengo claro también me ha pasado. Todos empezamos una relación amorosa con las mismas premisas: amor, ilusión, entrega, deseo, pasión y química.

Las relaciones empiezan muy bien, porque se nota, se siente la vibra. Se empieza a querer, a ilusionarse, a soltarse y a entregarse de tal manera que inspira a muchas personas más. Las cosas parecen ser una maravilla, es más lo cuentos de hadas se quedan cortos, y si seguimos hablando de esto también podríamos decir que la realidad supera a la ficción.

Cuando se inicia y durante la etapa media de la relación haces cosas impensables y por demás admirables, por ejemplo dices te quiero en mil formas diferentes, hasta se te ocurren cosas tan creativas que difícilmente podríamos decir que son hechas por una sola mente. Artificias escenarios tan elaborados para hacer sentir al otro especial que cualquiera se maravillaría, hasta parecieras alguien de otro mundo.

El problema no es cuando creas, haces y produces, sino cuando dejas de hacer esas cosas que hicieron volverse loco el uno por el otro. Por increíble que parezca se pierde “la magia”. La magia es esa química, esa fisionomía de una relación que la hacen ver de tintes épicos y convierte a dicha pareja en histórica e inspiración para cualquiera. Uno juraría que esa pareja, vienen de padres magos, pues lo único crean es “magia”.

La magia es algo maravilloso, difícil de encontrar, pero fácil de perder, lo que crea esto es algo muy sencillo y muchas veces tiene que ver con lo que se inicio. El motivador y hecho creador de la magia es, por lo regular, lo que uno les gusta del otro. Por ejemplo, si te gusta verla y estar observando lo que hace y llega en un momento que ya la viste tanto que crees no encontrar nada nuevo, y te equivocas, pues siempre hay y habrá algo nuevo.

Recuerda, la gente es cambiante por sí sola, se cree que cada cuatro años, físicamente hablando, cambiamos por completo, el pelo es nuevo, el bello, la piel, las uñas, etcétera. Entonces porque no volvemos a ver a esa otra parte, a esa mujer o ese hombre como lo veíamos al principio. En qué momento se perdió, es decir ¿Qué perdimos o que dejamos de hacer? Esa magia se fue, porque hace algunos ayeres hubo algo más, pero ya no está.

Nuevamente y como la mayoría de los cuestionamientos, la respuesta está en nosotros. Si tu noviazgo, tu relación o tu pareja perdió esa chispa, en vez de encontrar culpables, pregúntate ¿Qué pasa?, y ¿Qué dejamos de hacer?

Pero si se dejaron de querer, de amar y de adorarse, entonces para que siguen con algo que no tiene sentido. Hablen entre ustedes analicen que perdieron o que ganaron y después muévanse, sigan con sus vidas es doloroso, pero jamás mantengas algo sin sentido, sin caso. La vida es magnífica pe difícil y no tiene caso que le heches cargas de más.

Por último, cabe mencionar que todo en esta vida tiene solución. El amor se supone que siempre debe de prevalecer, pero siempre nos vendrá bien un toque de objetividad.

 
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